jueves, 18 de octubre de 2012

Las elecciones venezolanas y la sanata de Lanata OPINION

Las elecciones venezolanas y la sanata de Lanata
Por Jorge Muracciole

Curiosa capacidad la de aquel periodista que sobre 12 mil colegas acreditados en la cobertura informativa de las elecciones más trascendentes en años en Sudamérica, se transforma en noticia al intentar eclipsar el carácter absolutamente democrático de la contienda electoral. Quizás motivado por la certeza sicótica pergeñada por los medios opositores, de la "inminente debacle electoral de Hugo Chávez", el notable periodista se lanzó a un nuevo desafío: transmitir en vivo y en directo el último acto del Chavismo.

Desde temprano, al escribir su habitual columna en "el gran diario argentino", promediando la media tarde caraqueña, afirmaba que "ganase quien ganase en la contienda electoral, se habrá producido la grieta que dividiría en dos la ciudadanía. Esa grieta, que en Venezuela como en nuestro país ha dividido en dos a la sociedad, donde la división no sólo es política sino cultural." Haciendo una suerte de denostación del concepto de grieta, usándolo equívocamente, como un sinónimo de fractura social.

Seguramente en su exitosa carrera de periodista estrella Jorge Lanata no les ha prestado demasiada atención a las cuestiones conceptuales. Ni tampoco tuvo en cuenta que el concepto de grieta deviene del pensar deconstructivista; ni cayó en la cuenta que trabajar en la grieta, es hacer hincapié en una permanencia que horade desde dentro el edificio de un sistema, la omnipotencia del mismo.

En una palabra, el concepto de grieta en política y en el ámbito del acontecer social, no tiene absolutamente nada que ver con el devenir de la fractura social, propia de los efectos generados por la aplicación sistemática durante décadas de los planes económicos neoliberales en los países periféricos.

Pero justamente el uso equívoco del concepto de grieta o fisura lo lleva al exitoso comunicador a no entender que necesariamente la Venezuela anterior a Chávez era esa Venezuela falsamente unida que invisibilizaba con el bipartidismo elitista la profunda fractura social donde una inmensa mayoría de su población era excluida y una suerte de minoría hegemonizaba un estado de cosas monolítico, una suerte de apartheid, que el Caracazo agrietó y sobre el cual se inició un proceso de transformación que fisuró el viejo e injusto edificio de una Venezuela para pocos, para los privilegiados de siempre. Cuando la loza incólume del capitalismo periférico impide las necesidades más básicas de los que poseen como su único capital su fuerza de trabajo, se hace imprescindible el trabajo tesonero sobre las grietas, que vayan derrumbando esa cultura de la inequidad tan habitual en las democracias formales dirigidas por prolijos políticos que cumplen el mandato de las grandes corporaciones tan cuidadosamente tratadas por su aguda verba "anti -populista".

Al desvirtuar el concepto de grieta, y aplicarlo en su sentido contrario, el otrora progresista, devenido en vocero del Grupo Clarín, no puede entender que el habitual trabajo del pensamiento en las grietas, en las fisuras, análogamente se realiza en el lenguaje mismo. Quizás no sea necesario para el incansable denunciante de los procesos populares que confrontan en el mundo capitalista actual contra la hegemonía neoliberal, saber que este concepto acuñado por Derrida y desarrollado por otros autores mucho más radicalizados, habla del paradigma de una estrategia liberadora de las clases oprimidas contra un sistema de cosas monolítico. En su confortable co-habitación con los socios menores del poder global, verdaderos culpables de las profundas inequidades a escala planetaria, el periodista estrella apostó desde el primer momento a desinformar, al abrir su programa dominical afirmando "Que esta es una elección que viene muy complicada, siendo las diferencias mínimas; producto de esta paridad de voto a voto hay un empate técnico. Sólo puedo adelantar que hay varios medios extranjeros que están dando ganador a un candidato, y desde Buenos Aires los twiteros K dicen que el ganador es el otro candidato". Ante tamaño papelón de la supuesta objetividad informativa, el paladín de la prensa independiente, quien luego de una estadía de casi una semana en la República Bolivariana termina su programa abruptamente sin asumir el holgado triunfo chavista, dejó la cobertura de los resultados del escrutinio a los enviados del noticioso del canal de aire.

Afortunadamente a los pocos minutos de negar la realidad con un programa preparado para instalar en la audiencia un escenario ficticio de paridad electoral, la contundencia de los 8 millones de votos no dejó dudas de la verdadera voluntad del pueblo venezolano. Pero esa noticia no fue comunicada por el columnista estrella del Grupo Clarín, sino que cerró el programa dejando la dura tarea de aceptar los datos de la derrota de la oposición dados por los autoridades del Colegio Electoral a sus colegas del noticioso.

Mientras Venezuela daba un ejemplo democrático al mundo, el reconocido comunicador devenido en humorista con sus novedosos monólogos televisivos borestenianos, al día siguiente del triunfo bolivariano se pavoneaba con un facsímil de los servicios secretos que mostró ante las cámaras en su programa del domingo por la noche. Siendo demorado a minutos de su partida en pleno aeropuerto por las autoridades bolivarianas, con el objeto de desentrañar, cómo había llegado a su poder tal documentación confidencial. Este episodio fue, según palabras del periodista, definido como un "secuestro", y los momentos vividos, según sus declaraciones posteriores, una situación "análoga a las sufridas por los miles de chupados por la dictadura".

Lo cierto es que ante la paliza electoral y sus implicancias en las realidades político-sociales de América del Sur, sólo le quedaba al principal escudero comunicacional del multimedio hegemónico tratar de ensuciar con un escandalete de baja monta el ejemplar triunfo de una democracia con apoyo de masas , en su afán de intentar morigerar los inevitables efectos en los procesos en curso en la auspiciosa geografía de la Unasur.

15/10/12 Tiempo Argentino


GB

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